Sábalo: un negocio ‘carnudo’

Cartagena (Bol.), 15 de marzo de 2012.- La Ciénaga de la Virgen es un cuerpo de agua ubicado alrededor de la ciudad de Cartagena, que alberga 750.000 personas en condiciones de pobreza extrema, quienes viven de la pesca. Está cubierta por una gruesa capa de contaminación y sedimentación que obliga a los pescadores a adentrarse en la ciénaga para realizar su faena y conseguir el sustento diario de sus familias. No abandonan la esperanza de volver, algún día, a llenar sus botes con el fruto acuático.
“Me dedico a la pesca desde que tenía 9 años. Escogí este oficio porque mi abuelo era pescador. Cuando pescaba con él, necesitábamos burros y camiones para cargar el producto y salir a venderlo. Ahora, no se dejan pescar, porque los peces se han ido muy lejos. Ya no es como antes. De hecho me deja muy poco: $10.000 a $12.000 diarios”, expresó Néstor Murillo Valiente, pescador de 37 años de edad.
Todos ponen, todos ganan

Dice Murillo que su esfuerzo se ve recompensado con los criaderos de Sábalo en Villa Gloria: “Ahorita nos ha beneficiado mucho, porque les vendemos los pescaditos pequeños (entre 25 y 30 centímetros) y las sardinas, con los que alimentan esta clase de peces”
El cultivo de Sábalo, que se realiza en estanques naturales, en las riveras de la Ciénaga de la Virgen, busca estimular la generación de empleo. Estos peces tienen alto valor nutricional, talla y peso, que se obtienen gracias al proceso de cría, y se comercializan en grandes volúmenes en las pescaderías más importantes de la ciudad.
El proceso de cultivo se desarrolla en el sector de Villa Gloria (ubicada entre los corregimientos de La Boquilla y Manzanillo del Mar), donde, justamente, una aprendiz del SENA es la primera productora de Sábalo en grandes cantidades en la Región Caribe, quien involucra en el negocio a los pescadores de la zona, como proveedores directos.

El cultivo del Sábalo tiene cuatro etapas: siembra, levante, engorde y comercialización. En todas, los pescadores hacen su aporte, que les genera ingresos. En la primera fase, ellos suministran la ‘semilla’ (pequeños pescaditos) que recolectan artesanalmente en la ciénaga. En el levante y engorde, son quienes facilitan las sardinas pequeñas y residuos pesqueros utilizados para alimentar al Sábalo. En el ciclo de comercialización, se encargan de acondicionar los estanques para la siguiente cosecha (drenaje de sedimento y limpieza general).
Las ganancias que obtienen los pescadores por esas actividades (venta de semillas y sardinas y limpieza de los estanques), pasarán de los $2’.320.000, que reciben actualmente, a $6’960.000 al año, cuando se habiliten los otros dos estanques que se tienen proyectados construir con el apoyo del Fondo Emprender.

‘Cultivo’ empresarial




Sirly Bedoya, aprendiz del programa Formulación de Proyectos del ‘Centro para la Industria Petroquímica’, del SENA en Cartagena, pese a que lleva escasamente 10 meses con su negocio de cría de Sábalos, es reconocida en la zona como una de las grandes mayoristas de este pescado. “Estoy muy contenta con esta idea de negocio, porque me ha ido muy bien y porque estoy contribuyendo a la generación de empleo y a la seguridad alimentaria de mi comunidad, que es bastante pobre, vulnerable y necesitada. Ellos son el motor de mi negocio, por el trabajo que aportan”.
De su primera producción de Sábalo, ya vendió 900 unidades, que entregará a finales del próximo mes de abril a la Pescadería Ballena Azul, una de las más grandes e importantes de la ciudad. Las restantes 300 ya la tiene negociadas con algunos minoristas.
Viento en popa

El negocio de Sirly se creció, al punto que tiene proyectado, en el mes de mayo, arrancar la segunda producción del cultivo, aumentando su capacidad de producción a 3.400 pescados anuales (10 toneladas), para lo cual deberá construir dos piscinas adicionales, con un área total de 90 metros cuadrados (incluida la que tiene actualmente), para lo cual espera seguir contando con el apoyo del SENA. Esta vez, con los recursos de capital semilla del Fondo Emprender (FE).
Actualmente Sirly Bedoya está preparando técnica y financieramente su proyecto de ampliación del negocio, para someterlo a consideración del FE (la convocatoria estará abierta hasta el mes de septiembre).
‘Red’ para pescar conocimiento e ingresos

Como el proyecto debe estar muy bien elaborado y sustentado, Sirly cuenta con la orientación de los asesores de emprendimiento del SENA y el apoyo de los instructores, quienes, a través del proceso de formación por proyectos, la guiaron en la puesta en marcha del negocio, el cual es catalogado por la misma comunidad como una nueva y rentable fuente de ingresos para los pescadores de Villa Gloria, La Boquilla y sus alrededores.
“Nosotros le ayudamos en la estructuración del proyecto, costos, infraestructura necesaria para la ampliación del negocio de piscicultura, la determinación organizacional y administrativa de la unidad productiva, y otros aspectos que debe tener un proyecto. Una vez estructurado, le presentamos diferentes fuentes de financiación, tanto estatales como privadas, incluida la del Fondo Emprender” expresó José Marrugo, instructor de Formulación de Proyectos, del Centro para la Industria Petroquímica, del SENA en Bolívar.
Añadió Marrugo que el proyecto de Sirly involucra un componente ambiental, para que el cultivo se desarrolle de manera sostenible, pues, en los últimos años, la especie ha sido explotada de manera ilegal, realizando cultivos con semillas capturadas en su entorno natural y no retornándolo a su ecosistema para que este continúe su ciclo, lo cual es causante de la extinción de la especie.
Para tal fin, el SENA y otras organizaciones han propuesto realizar alianzas con entidades de vigilancia local, nacional e internacional, para que certifiquen la devolución de, al menos, el 5% de la producción anual al ecosistema y adquirir semillas avaladas por empresas que estimulen la reproducción de la especie en cautiverio, ya que está comprobado que el Sábalo no se reproduce si no se encuentra en su entorno natural.
“El papel del SENA ha sido fundamental en mi proyecto, porque desde el momento en que ingresé a formarme allí y expuse mi idea de negocio, inmediatamente se interesaron en el tema y me asesoraron para que fuera viable, y mirar aspectos que yo desconocía. En estos momentos está casi terminado y es muy atractivo para la financiación”, expresó Sirly.
Para estos emprendedores, salir a altamar hace parte de su historia cultural. Es un ejercicio que proviene de sus antepasados, del cual derivan ingresos para el sostenimiento de sus hogares. Estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) demuestran que los pescadores alcanzan un nexo importante con la economía de las ciudades, como generadores de ingresos.